Según las últimas estadísticas conocidas en el sector de despachos y asesorías de nuestro país, se contabilizan cerca de 160.000 despachos que prestan servicios legales.
Se consideran ”grandes despachos” aquellos que cuentan con más de 50 empleados. Estos rondan la cifra de 200. El resto son pequeños y medianos despachos.
Uno de los signos distintivos de estas 200 grandes firmas de abogados y consultores es que el perfil tradicional de sus clientes está definido por lo que se ha dado en llamar “gran empresa” que en nuestro país son algo más de 5000, a las que prestan servicios globales con excelentes servicios y elevadas facturas de honorarios profesionales.
De tal manera que la pyme no ha estado en su punto de mira y ésta ha permanecido reservada para los pequeños y medianos despachos.
Sin embargo, la tendencia que se observa en los últimos años es que los nuevos y graves desafíos de sostenibilidad que hoy amenazan a estas grandes firmas están promoviendo el desarrollo de estrategias que los llevan a mordisquear en el segmento de la pyme española. Dicho de otro modo, están compitiendo con los pequeños y medianos despachos profesionales, ofreciendo productos con contenidos y precios alineados con la dimensión de la pequeña y mediana empresa.
¿Están amenazados los pequeños y medianos despachos?
A la vista de lo que ya se está viendo, podría decirse que es acertado apreciar que los enormes recursos (humanos, tecnológicos y financieros) con los que tradicionalmente cuentan los grandes bufetes sí constituyen una amenaza para los pequeños y medianos despachos.
Sin embargo, esta sombría percepción no es válida para aquellos despachos que, tras advertir que el sector legal está siendo objeto de una enorme transformación, están pisando el acelerador y evolucionan hacia su propia transformación.
Es una evidencia que los servicios jurídicos se han transformado de una manera espectacular en los últimos años; de tal forma que el despacho profesional solo tiene dos opciones: transformarse o agonizar.
Estamos hablando de lo que se ha dado en llamar los ALSP (Alternative Legal Services Providers). Es decir, operadores del sector jurídico que presentan servicios legales desde un enfoque no tradicional, atentos a las nuevas necesidades del mercado, rompiendo las reglas del juego y con vocación de convertirse en socios estratégicos de la empresa y de involucrarse en su gestión.
En efecto, áreas de trabajo legal que hasta pocos años no existían están ocupando un espacio y ganando protagonismo en las tasas de crecimiento del sector.
Las fortalezas de los pequeños y medianos despachos.
Los pequeños y medianos despachos cuentan con sus propias fortalezas con las que poder competir de manera ventajosa frente a los grandes bufetes:
- La relación cercana con sus clientes como aspecto diferencial de la lejanía que se ofrece desde las grandes firmas.
- La flexibilidad y la rapidez de movimientos para adaptarse que nunca tienen las grandes firmas.
- La accesibilidad a la tecnología que ha dejado de ser exclusiva de las grandes firmas. Ya es accesible a los pequeños y medianos despachos con unos costes que ya son asumibles.
- La empatía con la familia empresaria – esencia de la pyme – en la prematura detección de sus necesidades.
- La resistencia de las pymes a ser asesoradas por profesionales que transitan de una marca a otra, de un despacho a otro, sin conectar con las verdaderas necesidades de sus clientes.
- Los bajos costes que le permiten alinear las facturas de honorarios al perfil de las pymes.
- La universalidad en el acceso a determinadas áreas de especialidad a través del uso de herramientas tecnológicas de bajo coste y en el acceso a la formación e-learning. Inmediatez y bajos costes.
Estas fortalezas están siendo utilizadas por un buen número de despachos y de tal manera reaccionan de manera rápida y proactiva ante esta supuesta amenaza. Muchos de estos despachos de reducida dimensión están siendo exitosos.
El compliance como instrumento de penetración de las grandes firmas en el segmento de la pyme.
Sucede que los pequeños y medianos despachos orientan su actividad al segmento de las pymes.
- ¿Puede suceder que las grandes firmas hayan descubierto que el compliance es un servicio que les abre la puerta de las pymes?
- ¿Puede suceder que, una vez que la gran firma ha entrado en la vida de una pyme, amenaza con quedarse con ella para prestarle otros servicios?
- ¿Puede suceder que sean muchos los pequeños y medianos despachos los que se sientan amenazados por esta realidad?
El compliance penal no es exclusivo de los grandes bufetes.
En el marco de la actual transformación de los servicios legales, la “gestión del riesgo” se ha manifestado como una de las principales áreas de trabajo.
Son numerosas las áreas de prevención de riesgos las que hoy son tratadas por las grandes firmas de abogados con el mensaje de que son disciplinas reservadas exclusivamente para ellos.
Si bien es cierto que durante mucho tiempo han sido embajadores de la exclusividad de ciertos servicios, no es menos cierto que el escenario actual se ha transformado de manera muy relevante. El fácil acceso a las tecnologías por parte de los operadores jurídicos de reducida dimensión sitúa a los pequeños y medianos despachos en el lugar adecuado para competir con las grandes firmas. Y (…) ya lo están haciendo como respuesta a la percepción de amenaza que es observada.
El compliance penal como estrategia de crecimiento.
Estamos hablando del “compliance penal” como uno de los productos estrella que tradicionalmente y desde el año 2015 han sido ofertados por los bufetes de élite con el santo y seña de su exclusividad y que hoy ya son ofertados por los pequeños y medianos despachos.
Y es así gracias al acceso a las nuevas tecnologías del que disponen los medianos despachos.
Tanto que ya son muchos los que han perdido el miedo a incorporar en su porfolio el compliance penal; de manera que éste se está manifestando como un servicio legal que está siendo abordado cada día por un mayor número de despachos de reducida dimensión y que les está aportando:
- Protección de su cartera de clientes.
- Crecimiento orgánico.
- Solvencia profesional.
- Fidelización del cliente.
- Consistencia.
- Resultados en su cuenta de PyG.
¿Qué proponemos en Tirant Compliancers?
Que los despachos de reducida dimensión se empoderen de que la transformación del sector , lejos de convertirse en una amenaza, es una oportunidad.
Somos partidarios de pensar que la transformación no es tarea fácil, pero no hay otra alternativa.
¡El momento es ahora!
Proponemos ayudarles con un software de gestión integral de programas de compliance intuitivo y de fácil usabilidad para que avancen en su andadura de transformación y puedan desarrollar de una manera ordenada, estructurada y sistematizada un programa de compliance penal a sus clientes pymes.
El software “Tirant Compliancers” presenta:
- Versión para la micro-pyme.
- Versión para la pyme de tamaño mediano o grande.
Les ofrecemos nuestro soporte de ayuda tanto en el ámbito tecnológico como en el de contenido jurídico, atendiendo sus consultas y resolviendo sus dudas.
Por nuestra parte, les decimos que “ahí estamos para ayudarles”.