Recientes estudios sobre el grado de implementación de los programas de compliance en la empresa ponen de manifiesto que, con la excepción de las grandes compañías, son muy pocas empresas españolas las que han tomado conciencia de la importancia de gestionar los procesos de formación interna en materia de cumplimiento normativo.
Es cierto que la pequeña y mediana empresa está avanzando de una manera progresiva en la implementación de programas de compliance.
Sin embargo, es más cierto que son muy pocas las que, una vez tienen implementado un manual de compliance, llevan a cabo un programa eficaz de formación interna para sus empleados y directivos.
La formación interna de compliance a empleados no es una opción. Es una obligación.
Quien advirtió en su día la importancia de implementar un programa de compliance hasta el punto de llevarlo a cabo en el seno de su empresa debió ser advertido de que no serviría de nada – absolutamente de nada – si no era seguido de un plan de formación interna para sus integrantes.
Solo la formación interna a empleados y directivos puede garantizar la identificación y la prevención de los riesgos de cometer un delito que comprometa a la propia compañía y a sus órganos de administración.
Con ser habitual que las empresas implementen modelos de cumplimiento para salvaguardarse de posibles sanciones, somos partidarios de pensar que el objetivo de un plan de formación interna en materia de compliance no debe ser entendido como una simple fórmula para evitar sanciones.
Somos partidarios de pensar que aplicar recursos a la formación interna de compliance es invertir en reputación, en seguridad jurídica, en mejora continua, en retención del talento, en crecimiento, en sentimiento de pertenencia y, en definitiva, en valor de la marca.
El valor de la cultura corporativa.
La empresa – por su propia naturaleza – es un conjunto de ideas, proyectos y actuaciones que transita de manera permanente y creciente en el riesgo continuo de incumplimiento: financiero, contable, legal, penal, fiscal, laboral, igualdad, salud, protección de datos, medioambiente, etc.
Y es por ello por lo que el nuevo management considera prioritario la gestión del riesgo y pone en valor la cultura corporativa como instrumento para su mitigación.
La cultura corporativa ha de alimentarse de los procesos de educación y de formación a todos los integrantes de la organización.
Un modelo de compliance está llamado a ser la herramienta que empodere a cada empleado sobre el contenido y alcance de sus acciones del día a día y ello no será posible si la empresa se limita a guardar en un cajón un montón de papeles encuadernados, sin tener en cuenta un plan permanente, actualizado y personalizado de formación que informe a todos los integrantes de la organización de los riesgos de cometerse un delito en el seno de la empresa y de sus graves consecuencias.
El papel del abogado en la aportación de la cultura de formación.
Somos partidarios de pensar que el valor del abogado de empresa es su compromiso con la formación en materia de compliance a todos sus integrantes.
El abogado de empresa deberá ir más allá de desarrollar modelos de cumplimiento para sus empresas cliente y retirarse a sus cuarteles de invierno. Cumplirá con su compromiso profesional si planifica y ejecuta procesos de formación interna en materia de cumplimiento normativo.
La propuesta de Tirant Compliancers.
Somos conscientes de que no es fácil ejecutar programas de formación que resulten posibles, agiles y eficaces.
Hemos dado una respuesta a este desafío. La respuesta es la formación E-learning para aquellas empresas y profesionales que trabajan con nuestra plataforma de compliance porque eso hace posible poner el foco en el mapa de riesgos que afecta a cada empresa en particular y en atención individualizada a cada uno de sus departamentos funcionales.
El resultado es que tratamos a cada empresa en función de sus particulares actividades de riesgo y se forma a cada empleado en aquello que realmente le afecta y le concierne en función de su trabajo en el seno de la organización.
Somos partidarios de pensar que una formación generalista – igual para todos – no alcanza su objetivo.
Cada empresa tiene sus actividades específicas de riesgo en función de su actividad, de su estructura, del sector y de sus procesos de trabajo; De igual manera, cada empleado realiza una actividad específica y queda sometido al riesgo inherente a su trabajo diario; riesgo que es sustancialmente diferente del riesgo de otros compañeros.
Actividades y conductas de riesgo propias que deben ser contempladas por el programa de formación desde la singularidad y ello es posible con la formación E-learning diseñada por Tirant Compliancers.
Te invitamos a navegar por nuestra web www.compliancers.es y conocer de qué manera puedes resolver el desafío de la formación en Compliance a los empleados de tus empresas cliente.