Excelente invitación a la reflexión la de Groucho Mark para hablar de integridad y buenas prácticas.
No es exagerado decir que vivimos en un mundo en el que cada día más ciudadanos ponen en duda la integridad de algunas de nuestras instituciones públicas. Es lo cierto que muchos de los hombres y mujeres que las componen transitan alejados de principios y valores que no sean los de sus propios intereses.
Sin embargo, en el escenario empresarial se observa cada día más que la integridad y las buenas prácticas son más valoradas que nunca.
En razón de esta saludable tendencia – ciertamente lenta pero creciente y progresiva – las empresas que aspiran a un largo recorrido están persuadidas de la necesidad de implementar medidas que garanticen un futuro exitoso y sostenible.
Estas medidas pasan por la implementación de modelos de compliance, protección de datos de carácter personal, planes de igualdad, canales de denuncia, códigos internos de conducta, etc.
Es un hecho cierto que las organizaciones – grandes o pequeñas – que se alinean con el cumplimiento normativo perciben un relevante retorno:
- La mejora de su reputación.
- La mejora de la confianza de clientes, proveedores e inversores.
- La prevención de riesgos de fraude y corrupción.
- La captación y retención del talento.
¿Qué decimos en Tirant Compliancers?
Un programa de compliance implementado con rigor, más allá de proteger a la empresa de sanciones, permite anticiparse al riesgo potencial y evitar que una actuación contraria a la ética corporativa se convierta en una crisis de consecuencias impredecibles.
Invitamos a los operadores de compliance a que realicen una valoración de los diferentes soportes tecnológicos sobre gestión de compliance existentes en el mercado, a fin de ponderar en qué medida pueden aportar valor a la cultura de buenas prácticas de la empresa y en qué medida resuelven sus necesidades.
Confiamos en que el software de Tirant Compliancers esté a la altura de sus expectativas.
Por nuestra parte, te decimos que “aquí estamos para ayudarte”.
