Somos sensibles a la situación en la que se encuentra el profesional de compliance en estos tiempos de covid 19.
Algunos de nuestros licenciatarios nos cuentan que algunos de sus proyectos de compliance están detenidos, quedan a la espera de que pase la actual situación de crisis.
Estamos seguros de que vuestro trabajo en el asesoramiento del cumplimiento normativo va más allá de rellenar papel y que entendéis el compliance como un “compromiso” más que como un mero “cumplimiento”.
Creemos en la resilencia y que todos podemos hallar oportunidades en cualquiera de los escenarios que la vida nos depare.
Ahora tenemos una nueva oportunidad
Si hablamos de clientes que ya tienen implementado un compliance: disponemos de la oportunidad de llevar a cabo una actualización. La razón: un nuevo riesgo: la crisis del covid.
Si hablamos de potenciales clientes: Una razón más para tomar la decisión de implementar un modelo de compliance.
Hemos incorporado un nuevo módulo: “Módulo 42, gestión del riesgo de crisis por pandemia”.
Este nuevo módulo gestiona más de 70 actividades de riesgo derivadas de la situación de crisis actual.
El “Módulo 42” concebido con la estructura de un nuevo delito cuyo contendido está formado por aquellos posibles nuevos riesgos relacionados con la actual situación del estado de alarma (salud, estafas, secretos empresariales, trabajadores, alimentos, insolvencias punibles, etc..).
El desarrollo los nuevos informes es idéntico al de los delitos, pero generando informes con nuevo contenido (actividades, conductas, políticas, procedimientos, directrices, acciones, etc.).
El objetivo del nuevo módulo es doble:
1. Proteger a las empresas a través de la detección y prevención de nuevos riesgos derivados de situaciones extraordinarias (pérdida de clientes y/o de proveedores, impagos, prevención salud, etc.)
2. Crear la oportunidad a los profesionales para poder presentar un nuevo servicio (complementario al compliance penal) a sus empresas cliente.
Debemos ayudar a proteger el capital humano de empresas, a analizar el impacto económico, a revaluar los riesgos normativos a fin de mitigar los que son inherentes al estado de crisis y, en definitiva, a mitigar sus riesgos derivados del actual estado y, sobre todo, a consolidar su reputación ante proveedores, clientes y empleados.